martes, 11 de diciembre de 2018

Una tragicomedia turolense

Como quincuagésimo primera lectura para mi reto lector del 2018 escogí Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch Martínez, y en torno a ella se desarrollará la primera entrada de este diario literario virtual.
La edición de la que parto es de Planeta, y está fechada en 1989 (me hice con ella en una librería de viejo de esas que tanto me gustan por casi nada). En ella, además del escrito de Hartzenbusch, se incluye una amplia introducción así como múltiples notas del editor, Ramón Andrés. Por ello, de las 206 páginas que tiene el libro en total, tan sólo 83 son ocupadas por el texto literario. En cualquier caso, esta obra de teatro vio la luz por primera vez en 1836, aunque su versión final, que es la que se recoge aquí, no sería publicada hasta 1849.
En cuanto al autor, cuya vida transcurrió entre los años 1806 y 1880, puede decirse que además de un gran poeta y dramaturgo romántico fue un notable filólogo y crítico. Nació de la unión entre una española y un alemán, de ahí el impronunciable primer apellido, y quizá también su tendencia a ideales como la libertad, el medievo legendario o el amor como sentimiento arrebatador e inalterablemente desdichado – ¿por qué no presuponerlo teniendo en cuenta que es en el país germano donde nace el Romanticismo? ¿Porque hay muchas más razones para ello? Bueno, sí, pero tampoco es cuestión de hacer de esta entrada un ensayo biográfico, ¿me equivoco?
Los amantes de Teruel es, pues, todo un clásico, y a continuación lo destriparé a base de spoilers, si es que es eso posible teniendo en cuenta que es más que probable que el sistema educativo se me haya adelantado. No obstante, avisado queda el usuario.
La leyenda en la que se inspira la trama de Los amantes de Teruel podría remontarse al siglo XIII, y se encuentra citada en la introducción de esta edición según la versión que el editor califica como la "más ajustada a una tradición", la de las Relaciones históricas de los siglos XVI y XVII. A modo de sinopsis aquí la dejo yo también:
"En la iglesia de San Pedro, en la capilla de San Cosme y San Damián, de la dicha ciudad, está la sepultura de los Amantes, que llaman de Teruel, y dicen eran un mancebo y una doncella que se querían mucho, ella rica y él al contrario; y como él pidiese por mujer la doncella, y por ser pobre no se la diesen se determinó a ir por el mundo a adquirir hacienda y ella aguardarle ciertos años, al cabo de los cuales, y dos o tres días más, volvió rico y halló que aquella noche se casaba la doncella. Tuvo trazas de meterse debajo de su cama y, a media noche, le pidió un abrazo, dándose a conocer; ella le dijo  que no por no ser ya suya, y él murió luego al punto. Lleváronle a enterrar, y ella fue al entierro, y cuando le querían echar en la sepultura, se arrimó al ataúd y quedó allí muerta, y así los enterraron juntos en una sepultura, sabido el caso."
Antes de nada, he de ser honesta: me encanta la leyenda. Sin embargo, y a pesar de la brevedad de la obra de Harzenbusch, este título llevaba bastante tiempo entre mis lecturas pendientes, y al fin, después de mucho remolonear, le eché el guante y nos encaramos en un silencioso pero apasionado duelo al atardecer. Caí rendida, claro está; me encandilaron  la retórica y el verso rimado (y el personaje de Margarita, la madre, ¡ay, ese personaje! Más adelante explico por qué), si bien nada logró evitar que me riera de sus héroes. No en vano, supongo, existe el dicho ese de "los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él". Además, la historia de Hartzenbusch en un poco distinta de la original: elimina el funeral (en mi opinión, para mal).
Pero centrémonos ahora en sus protagonistas, capaces de convertir con tanto patetismo y mala suerte sus desgracias en aconteciendo un tanto cómicos. El mejor ejemplo de ello está, desde mi punto de vista, en la propia muerte de los héroes: se mueren porque no pueden estar juntos, literalmente. Bueno, Marsilla se muere porque Isabel le niega un abrazo, y ella porque él se ha muerto. Pero lo importante no es que no haya suicidio de por medio, que tampoco lo hay en el relato original, sino el hecho de que, a diferencia de la leyenda, caen muertos tan de repente que ni tienen tiempo de llorarse ni le dejan al receptor empatizar con su dolor. Como ya dije, se elimina la escena del funeral, y creo que en ella es donde estaba la clave. Ahora, al morirse tan repentinamente, me entró la risa. Quizá sea más simbólico y dramático este final porque Isabel "antes de llegar, cae sin aliento con los brazos tendidos hacia su amante": el suyo es un amor imposible y ni siquiera en la muerte logran unirse, abrazarse. Pero sigue pareciéndome mucho más bonita la imagen con que se cierra la leyenda, en la que ella se desploma sobre el cuerpo inerte de Marsilla, durante su funeral. Es, en resumen, un final tan precipitado que, como lectora, no sentí que tuviera tiempo de saborearlo, de enternecerme.
Pero la de Isabel y Marsilla no es la única muerte repentina y absurda más allá de las necesidades del texto que una puede encontrarse aquí. Hay otra mucho mejor: la de Roger de Lizana. Esta es narrada por Pedro de Segura, el padre de Isabel, al principio del drama, y no caigo en hipérboles al decir que me parece digna de "Mil maneras de morir". El fallecimiento de Roger sucede así (versos 589-598):
"En fin, de estarse / tanto sin pestañear, / él, cuyos sentidos eran / la suma debilidad, / se trastornó y cayó; dio / la guarnición del puñal / en tierra, le fue la punta / al corazón a parar / al infeliz, y a mis plantas / rindió el aliento vital."
Por cierto, cuando Pedro dice lo de "la suma debilidad" es porque Roger se había vuelto loco, "imbécil", debido a una misteriosa enfermedad. Y, aunque nunca se aclara del todo en la obra, me juego lo que queráis a que esta muerte también se debe a un amor frustrado. Parece que Cupido se había propuesto por aquel entonces quitarle el trabajo a la Parca.
Pero no es el único asesino en serie suelto. También está el honor. Quizá esto no resulte algo muy especial teniendo en cuenta la época, pero Pedro lo hace especial. Unos versos más arriba de los antes citados, Pedro dice haber estado dispuesto a dejarse matar cuando Roger lo atacó porque, en efecto, se encuentra también poseído por el poco práctico espíritu del romanticismo y preferiría morir a ir contra los designios del corazón de su hija. No obstante, debe hacerlo (contrariarla, digo), ya que dio su palabra de que si tras seis años y siete días Marsilla no aparecía hecho un hombre rico, ella se casaría con Rodrigo. En este punto yo me pregunto que si él era también un romántico, ¿por qué en un principio prefirió forzar un matrimonio de conveniencia, por qué no dejó a Isabel hacer lo que le daba la real gana?
En cualquier caso, he de reconocer que  en un primer momento Rodrigo me despertó más simpatía que Marsilla cuando hablando con Isabel (versos 1228-1267) le dice:
"Pues bien, amad [a Marsilla], Isabel, / y decidlo sin reparo; / que con ese amor tan fiel, / aunque a mí me cueste caro, / nunca me hallaréis cruel. / Mas si ese afecto amoroso, / cuya espresión no limito, / mantener os es forzoso, / yo, mi bien, yo necesito / el nombre de vuestro esposo. / No más que el nombre, y concluyo / de desear y pedir: / todas mis dichas intuyo / en la dicha de decir: / Me tienen por dueño tuyo. / Separada habitación, / distinto lecho tendréis... / ¿Queréis más separación? / Vos en Teruel viviréis, / yo en la corte de Aragón. / ¿Teméis que la soledad / bajo mi techo os consuma? / Vuestros padres os llevad / con vos: mudaréis en suma / de casa y de vecindad. / Nunca sin vuestra licencia / veré esos divinos ojos... / ¡Ay!, dádmela con frecuencia. / Si os oprimen los enojos, / hablad, y mi diligencia / ya un festín, ya una batida, / ya un torneo dispondrá. / Si lloráis... ¡Prenda querida! / cuando lloréis, ¿qué os dirá / quien no ha llorado en su vida? / Míseros ambos, hacer / con la indulgencia podemos / menor nuestro padecer. / Ahora, aunque nos casemos, / ¿me podréis aborrecer?"
Me parece hermoso que le de espacio, incluso pese a que lo haga para paliar el hecho de que no respeta lo que ella realmente desea, que es casarse con Marsilla o si no, meterse a monja. Y llegados a este punto hago otro paréntesis para seguir preguntándome cosas: ¿por qué insiste Rodrigo tanto en contraer matrimonio con una chica a la cual, como él mismo sugiere, ni verá porque pretende marcharse a Aragón? Quiero decir, ¿de veras aceptaría amargarle la existencia a una persona sólo para poder decir que la tiene por esposa? No sé, Rodrigo, ¿de veras no hay algo más? ¿No será que necesitas disimular que te sales de lo que viene siendo la heteronormatividad? ¿O quizá se trata de que en verdad no eres tan rico como presumes y pretendes dar aquí el braguetazo del siglo? Me parece un antagonista perfecto para dejar volar la imaginación.
Sea como fuere, tras la muerte de Roger de Lizana acaban en manos de Rodrigo unas cartas que comprometen el honor de la familia de Isabel: resulta que el patoso caballero que se clavó su propio puñal era el amante de la madre (de aquí sale la teoría de la locura por amor). Por ello, cuando Isabel no quiere casarse con Rodrigo, ya casi concluido el plazo dado a Marsilla para que regrese, el pretendiente desdeñado recurre al chantaje y la heroína decide sacrificar su felicidad en el altar del qué dirán.
Entonces, con el chantaje chungo, es cuando empezó a caerme un poco mejor Marsilla. Pero no mucho mejor; es un llorón en cuya estampa parecen haber coincidido más de una maldición gitana y la mirada de unos cuantos tuertos además de la de la loca de Zulima, y encima cuando al fin logra volver a Teruel, coge y le suelta a la pobre de Isabel (versos 1752-1767):
"Isabel, mira, / yo no vengo a dar quejas: fueran vanas. / Yo no vengo a decirte que debiera / prometerme de ti mayor constancia, / cumplimiento mejor del tierno voto / que invocando a la Madre inmaculada, / me hiciste amante la postrera noche / que me apartó de tu balcón el alba. - Para ti (sollozando me decías) / ¡O si no, para Dios! - ¡Dulce palabra, / consoladora fiel de mis pesares / en los ardientes páramos del Asia / y en mi cautividad! Hoy ni eres mía, / ni esposa del Señor. Di, pues, declara / (esto quiero saber) de qué ha nacido / el prodigio infeliz de tu mudanza."
Y más adelante, cuando ella le niega el abrazo, insiste e insiste, así que ella se ve en la tesitura de tener que negarse hasta en cuatro ocasiones. Pero vamos a ver, que está casada, que si la pillan dándote un abrazo será ante todos una mujer infiel y lo mejor que puede pasarle como tal es que se vea arruinada; ¿en serio la quieres tan poco, Marsilla, que por tu calentura la pones en peligro? ¿En serio? No sé vosotros, pero yo creo que es más bonito en esa situación hacerse a un lado elegantemente que estar insistiendo o echándole en cara nada a nadie.
Con diferencia, pues, lo que más me gustó fue la escena en la que la madre recuerda que ella también es una romántica, se reconcilia con su hija y se compromete a interceder y evitar la boda con Rodrigo. Todo comienza con Isabel lamentándose y amenazando con dejarse morir (versos 813-884):
"ISABEL: [...] Yo entonces a la virtud / nombre daba de falsía, / rabioso llanto vertía, / y hundirme en el ataúd / juraba en mi frenesí / antes que rendirme al yugo / de ese hombre, fatal verdugo, / genio infernal para mí.
MARGARITA: Por Dios, por Dios, Isabel, / moderad ese delirio; / vos no sabéis el martirio / que me hacéis pasar con él.

ISABEL: ¡Qué! ¿Mi audacia os maravilla? / Pero estando ya tan lleno / el corazón de veneno, / fuerza es que rompa su orilla. / No a vos, a la piedra inerte / de esa muralla desnuda; / a esa bóveda que muda / oyó mi queja de muerte; / a este suelo donde mella / pudo hacer el llanto mío, / a no ser tan duro y frío / como alguno que le huella, / para testigos invoco / de mi doloroso afán; / que, si alivio no le dan, / no les ofende tampoco.

MARGARITA: ¿Quién con ánimo sereno / la oyera? El dolor mitiga; / de una madre, de una amiga / ven al cariñoso seno. / Conóceme, y no te ahuyente / la faz severa que ves: / máscara forzosa es / que dio el pesar a mi frente; / pero tras ella te espera, / para templar tu dolor, / el tierno, indulgente amor / de una madre verdadera.
ISABEL: ¡Madre mía! (Abrázanse.)
MARGARITA: Mi ternura te oculté... porque debí... /¡Ha quince años que hay aquí / guardada tanta amargura! / Yo hubiera en tu amor filial / gozado, y gozar no debo / nada ya, desde que llevo / el cilicio y el sayal.
ISABEL: ¡Madre!
MARGARITA: Temí, recelé /dar a tu amor incentivo, / y sólo por correctivo / severidad te mostré; / mas oyéndote gemir / cada noche desde el lecho, / y a veces en tu despecho / mis rigores maldecir, / yo al Señor, de silencioso / materno llanto hecha un mar, / ofrecí mil veces dar / mi vida por tu reposo.
ISABEL ¡Cielos! ¡Qué revelación / tan grata! ¡Qué injusta he sido! / ¿Que tanto me habéis querido?/ ¡Madre de mi corazón! / Perdonadme... ¡Qué alborozo / siento, aunque llorar me veis! / Seis años ha, más de seis, /que tanta dicha no gozo. / Mi desgracia contemplad, / cuando como dicha cuento / que mis penas un momento / aplaquen su intensidad. [...]"
Juro que lloré con este diálogo; me parece tan emotivo, tan hermoso, tan real. Y es que esa es la magia de la literatura, a mi entender; ser capaz de hablar de una verdad que yace dentro de nosotros mismos a la par que nos muestra acontecimientos ficticios. Así, aunque no conozco a nadie que haya sufrido una muerte súbita debido a un amor imposible, sí he vivido enfados y reconciliaciones, ¿quién no? ¿Es acaso posible vivir sin herir alguna vez a alguien a quien queremos, sin sufrir su odio y su rencor? ¿A quién no le ha pasado de no saber cómo explicarse o si se debe disculpar? ¿Quién puede asegurar sin mentir que no ha llorado en secreto por esas causas? ¿Quién no ha dado o recibido un perdón?
En resumen, y a pesar de lo que quizá pueda haber parecido por lo dicho de sus personajes, recomiendo mucho leer Los amantes de Teruel. Puede que a veces el drama sea demasiado y acabe convirtiéndose en parodia de sí mismo, pero reconozco que lo pasé francamente bien entre sus páginas: reí, lloré, y hasta gocé del verso rimado. Además, aborda un tema todavía de gran actualidad: aboga por el amor como raíz de los matrimonio en lugar de la conveniencia y el dinero (porque sí, aún hoy las uniones de conveniencia atrapan a multitud de mujeres, niñas muchas veces, en el mundo).

Puntuación dada en Goodreads: 📜📜📜📜 /5

22 comentarios:

  1. Siempre he tenido curiosidad por leer Los amantes de Teruel. Hasta que empecé a hacer escapadas a Teruel de fin de semana. Desde entonces, me conozco la historia de veces que la oigo 🙄. Aún así no descarto leerla.
    Has elegido una bonita lectura.
    B7s

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    1. Yo nunca he estado en Teruel, pero reconozco que, a raíz de esta lectura, me encantaría ir; tengo entendido que suele interpretarse este drama en determinadas épocas del año, y es siempre bonito el contraste entre la lectura y la interpretación. En cualquier caso, espero que te animes a leerla al fin; seguro que disfrutas siquiera del uso del lenguaje que hace el autor :3

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  2. Hola! Has hecho una entrada impresionante!!! Estudié la historia de los amantes cuando hacía bachillerato y no creo que lea el libro porque aunque me gustó mucho, ya la conozco y prefiero conocer nuevas historias. Gracias por tu reseña ♥

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    1. Me ha hecho mucha ilusión leer eso de "impresionante", gracias :3 Reconozco que a mí el factor sorpresa es algo que me puede muchas veces, la verdad, pero bueno, de vez en cuando coger un clásico no está de más. Si alguna vez te acabas animando, espero que me cuentes si te pareció tan gracioso como a mí!

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  3. Alaaa!! Una entrada muy interesante! La verdad es que la historia la conocía de oídas y ahora mismo no me apetece leer otra cosa que no esté en mi lista de pendientes jejejej. Gracias igualmente por la reseña! Pd: ya te sigo en el blog.
    Malu de @universolibros_21 😊

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    1. Qué bien que te parezca interesante (sé que es lago, pero es que me emociono y no sé parar jajaja). Espero que si más adelante te animas lo disfrutes tanto como yo, que unas risas sí que me eché :3

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  4. Creo que tus reseñas es de las reseñas más completas que he podido leer, así que enhorabuena, se nota todo el cariño y trabajo que has puesto en ella. En mi caso, nunca me he leído los amantes de Teruel, porque su género no me atrae, aunque sin duda tiene pinta de ser una gran obra.

    Att; @booksandcauldrons

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    1. Muchas gracias por lo de que es muy completa, intento no dejarme nada en el tintero (aunque alguna cosa siempre se queda, qué le vamos a hacer). Aunque no te guste leer teatro, siempre puedes verlo representado; seguro que lo disfrutas :3

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  5. ¡Hola! Me encantó tu reseña, es super completa. No conocía al libro, pero te agradezco la recomendación. Que bueno que lo hayas disfrutado
    Un beso.
    Aldi,
    Blog: https://entreelibros.wordpress.com/

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    1. De nada jajaja recomendar libros siempre es un placer, espero que tú también tengas ocasión de disfrutar de éste en concreto :3

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  6. Hola:
    Este libro es uno de esos que siempre pienso en leer y al final nunca leo. No por nada malo pero recuerda tanto a las lecturas de clase que me crea un poco de rechazo pero tengo que reconocer que el ultimo dialogo que has puesto me parece precioso ♥
    Gracias por la reseña!
    Un beso infinito ♥

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    1. Me pasaba lo mismo!!! Por eso no la había leído antes, por la urticaria que le deja a una el sistema educativo, pero la verdad es que merece la pena, y es muy cortito (se lee en una tarde, como mucho dos).

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  7. Hola. Sinceramente, no me llama nada la atención el libro pero tu reseña me ha encantado demasiado.

    Un beso.

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    1. Hola, Jess (acabo de pasarme por tu blog; me ha gustado mucho)!!
      Aunque no te haya acabado de convencer de leer Los amantes de Teruel, al menos te ha gustado lo que digo al respecto, y me alegra mucho saberlo :3 Gracias!

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  8. Hola. Ya te sigo en el blog. Esta novela fue de lectura obligada cuando iba al instituto y no la disfrute nada. Tal vez hoy la vería de otra forma. Me ha encantado la reseña. Un saludo. @las_novelas_de_naiara

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    1. Te entiendo un montón; a mí también me ha pasado de ODIAR libros clásicos porque fueron lectura obligatoria de clase y después, con el tiempo, redescubrirlos (estoy convencida de que los libros tienen una época vital para ser leídos, y que si los leemos antes o después de ella no los disfrutaremos igual). Espero que si algún día le das esa segunda oportunidad me comentes qué tal, si os habéis reconciliado o no :3

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  9. Hola. Sinceramente, no me llama nada la atención no soy fan de este género.Me ha gustado ver tu reseña es tan completa que no te has dejado nada en el tintero.
    Un beso

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    1. Ay, algo debo de estar haciendo mal porque no eres la primera a la que no convenzo jajaja pero bueno, me conformaré con que al menos te parezca completa mi entrada y te haya enganchado lo suficiente como para leerla de cabo a rabo :3
      Nos leemos!

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  10. Hola! No he leído el libro pero tu reseña me ha encantado, muy completa, así que leeré el libro sí o sí jeje.

    Un saludo! ♥

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    1. Hola, Lilith! Espero que te guste y te diviertas, y que aunque sea una tragedia sepas reírte como yo de sus personajes y sus dramotes :3 Ya me contarás!
      PD: Me paso ahora por tu blog, siento la tardanza u.u'

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  11. Me encanto tu reseña *-* y bienvenida !!
    Yo recuerdo que cuando era pequeña fui a Teruel a veros amantes de Terual, pero sinceramente era gan niña que no recuerdo nada de lo que contaron, solo algunos pequeños detalles visuales 😗

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    1. Me alegra un montón que te gustara mi reseña, y muchas gracias por la bienvenida, de veras es un placer conocer a gente con la que se comparte una pasión :3
      Yo no he visto nunca he visto Los amantes de Teruel representado, ¡pero me muero de ganas! Si te decides a leerlo, cuéntame (yo haré lo propio, palabra).

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